La primera vez que estuvo ahí fue durante la primavera de 2013. Acababa de cumplir 18 años y su padre decidió llevarlo como regalo de graduación. El hombre pensó que sería un tiempo para acercarse a su hijo, incluso le escribió cartas que no llegó a darle y de las cuales él nunca se enteró. Lo cierto es que el padre tuvo conferencias todas las mañanas y la cría se dedicó a deambular sola, como hace ahora. En las noches salían a cenar con algún colega o se quedaban en el hotel.
