¿Cuál debe ser entonces nuestra actitud con la tradición clásica e histórica? Responderé que una que despacha esa forma de ver que supuestamente nos ayudará a desenmascarar las veleidades de la tradición. Por ello, el sentido más adecuado para nuestra relación de lectura con las obras clásicas no es la mirada, sino la escucha. Y la razón de esto es que uno puede observar un cadáver, pero un muerto no se puede escuchar. El modelo del filosofar encarnado en el ejercicio dialógico de los antiguos me sigue pareciendo superior en contraposición con los actuales métodos epistemológicos y sociocríticos.
