Reseña: ‘Rick and Morty’ descarrila su propia estructura para asumir el reto de su cuarta temporada

«If I’m always looking back, I’m never looking ahead. We are who we are because of consequences. You can’t live without consequences«.

Al terminar la cuarta temporada de Rick & Morty me quedó claro que sus escritores cuestionaron la misma razón de ser de la serie y el lugar que ocupa dentro de la cultura. Uno de los cambios más notables en esta nueva etapa es la deconstrucción de la estructura semi episódica que caracterizó a las tres temporadas anteriores, las cuales fueron elogiadas por la crítica y amasó legiones de seguidores alrededor del mundo. También, la serie utilizó –bastante– la meta narrativa para derribar de un mazazo la quinta pared y así poder sacarle el dedo del centro al sector más tóxico de la fanaticada.

Para aclarar un par de conceptos, una estructura lineal es aquella en la que todos los episodios están conectados y fungen la tarea de contar una historia que no se podría desarrollar en 25 minutos; series como Bojack Horseman y Final Space son ejemplos de series animadas que cuentan con una estructura lineal.

Por otro lado, la estructura episódica es utilizada en series como The Simpsons, Futurama Family Guy, donde cada capítulo puede desarrollar una historia independiente a la del siguiente, con algunas excepciones, como el episodio de dos partes Who Shot Mr. Burns?  en The Simpsons. 

Con respecto a la estructura de Rick and Morty se podría decir que es semi episódica, pues cada capítulo tiene una historia independiente pero los personajes tienen un arco que se desarrolla a lo largo de la temporada. Mi interpretación es similar a la del equipo del Film Theory, quienes explican que los miembros de la familia Smith (Jerry, Beth, Summer y Morty) se independizan de las locuras de Rick para buscar sus propias aventuras o su lugar dentro del universo.

Sin embargo, uno de los aspectos que más me llamó la atención de los diez capítulos de la cuarta temporada –que se estrenaron en dos tractos entre diciembre del 2019 y marzo del 2020– fue la manera en la que los escritores evidenciaron que la serie les pertenece a ellos y a nadie más. 

Rick y Morty solo quieren divertirse sin tener la obligación de complacer a sus fanáticos o de aferrarse a la continuidad de sus episodios. Esto queda reflejado al final del primer capítulo« Edge of Tomorty: Rick Die Rickpeatcuando Rick afirma: «De ahora en adelante Rick y Morty harán un poco de esto y un poco de aquello. Sí, de vez en cuando haremos cosas clásicas, sabes, otras veces haremos lo que sea. Algunas veces simplemente no haremos nada. ¡Así es, Rick y Morty no harán nada!».  

Estoy convencido que este mensaje está relacionado con el acuerdo al que llegaron los productores de la serie con Adult Swim para hacer 70 episodios adicionales al finalizar la tercera temporada, por lo que aún tendremos seis temporadas más de Rick & Morty . Por esta razón en esta cuarta temporada, Harmon y Rolland (los creadores)  apostaron en algunos episodios por una estructura más cajonera con más chistes de pedos o de orgías con dragones y menos de wubba lubba dub dub, la famosa frase que utiliza Rick en la segunda temporada y que se traduce como: estoy sufriendo mucho, por favor ayúdame. 

Guiada por este nuevo abordaje, la temporada tiene episodios que son una joya como por ejemplo The Old Man and the Seat, que explora cómo la obsesión de Rick Sánchez por un inodoro lo termina dejando absolutamente solo en el universo. Otro que me parece digno de mencionar es Promortyus, en el que la familia Smith viaja junto a Rick a otro planeta para acampar; sin embargo la trama los enrumba a dar origen a una  civilización, lo cual funciona como excusa para mofarse (o hacer una reflexión muy profunda) de conceptos como fe y productividad en una sociedad. 

El episodio que mejor define el descarrilamiento de la cuarta temporada es Never Ricking Morty –sí, ese es el episodio del tren– el cual sigue una estructura similar a las entregas de Televisión Intergaláctica pues cuenta una serie de historias que carecen de relación con el canon solo que en esta ocasión el mismo Harmon admitió que la historia se salió de los rieles, por esta razón quiero ahondar un poco más sobre este capítulo.

«Este episodio puede ser uno de mis favoritos pero tengo que admitir que el tren se nos salió un algo de las manos», explicó el creador de la serie en el segmento Inside the EpisodeNever Ricking Morty en el canal de Adult Swim. 

En lo personal creo que hubo un exceso en el uso de la metanarrativa, que se podría explicar como cuando los autores hablan directamente con su audiencia. En este caso, Dan Harmon y Justin Roiland utilizaron a sus personajes para burlarse de las actitudes de sus propios fanáticos y la verdad ¿cómo culparlos? En serio, la fanaticada de Rick and Morty se ha ganado con decoro el calificativo de IJUEPUTA , pero esto es una discusión para otro momento. Para más información sobre lo detestable que puede ser el fandom, los remito a este artículo en The Verge.

Hay dos momentos en la cuarta temporada en la que los escritores le hablan directamente a su audiencia: Con la aparición del Morty fascista en el primer episodio y en la construcción de Story Lord, el antagonista del capítulo del tren (y que por cierto su voz es la de Paul Giamatti). Por su parte, el Morty fascista es una mofa hacia el sector más tóxico de la fanaticada de la serie, pues le exige a Rick que lo lleva a aventuras clásicas como los buenos viejos tiempos y que no pierda tiempo en innovar o hacer historias «muy políticas».

Mientras que Story Lord representa a aquel fanático obsesivo por la continuidad, por eso  obliga a los protagonistas a contar historias con su buena dosis de fan service, que sean mercadeables e inclusivas.  

El episodio del tren cuestiona la fórmula que utilizan megaproducciones como Avengers o Star Wars, en la que los guionistas se ven obligados a satisfacer las expectativas de su audiencia utilizando chistes recurrentes dentro del universo y sobre todo que el conflicto debe terminar con una gran batalla entre las fuerzas del bien y el mal.

Sin embargo, Harmon y Rolland rechazan estas convenciones y más bien apelan a la frase del primer episodio, «vamos a hacer lo que sea», y derrotan a Story Lord con la ayuda de Diosito, específicamente es Jesús, que con un físico envidiable salva el día y no hay manera de justificarlo. 

Después del tercer visionado aún no puedo decidir si el episodio Never Ricking Morty  me gustó o no. Por un lado entiendo que es una crítica hacia las fuerzas que tratan de moldear la visión de los artistas pero no sé hasta qué punto rebajarse al nivel de la fanaticada sea positivo. Quizá esta es la manera de Harmon para expresar que el canon (según los fans) le vale un pepino; quizá pudo haber sido más sutil pero la verdad ¿cuándo lo ha sido? 

En el octavo episodio The Vat of acid, los escritores de la serie vuelven a cuestionarse sobre la estructura lineal y sobre las características que definen la serie. A grandes rasgos el capítulo arranca cuando Rick le construye un control que puede regresar a Morty a una sección específica en el pasado (tiene una premisa similar a la película de Adam Sandler, Click, en la que el protagonista tiene el control absoluto del tiempo) y, por lo tanto, para Morty no existen las consecuencias, porque con el control puede regresar al momento que desee. Sin embargo, al final del capítulo la serie hace una reflexión sobre cómo son las consecuencias de nuestras acciones las que terminan por definirnos. 

Desde mi perspectiva la cuarta temporada de Rick and Morty está por debajo de los estándares que vimos en la primeros treinta capítulos; sin embargo esto no significa que sea malo o que yo no la recomendaría, pues la serie de Harmon y Rolland aún está muy por encima de la media en la oferta televisiva.  Lo que más me llamó la atención de esta historia fueron los cuestionamientos sobre la autenticidad de la misma; y hay que recordar que esta es la primera temporada después del acuerdo de 70 capítulos al que llegó la serie con Adult Swim y me imagino que el equipo de escritores vive con la presión de realizar una obra que esté a la altura de sus primeros éxitos. 

Quizá sea el mismo peso de la serie lo que termine por aplastar las expectativas y es algo normal, pues son pocas las  producciones que pueden mantener su calidad a lo largo del tiempo pero yo me mantengo optimista porque si algo me demostró la cuarta temporada es que los creadores de Rick & Morty solamente se deben a ellos mismos. 

En fin, odio al fandom