Una entrevista a Sergio Rojas

Lo contacté por teléfono. 

— ¿Usted para quién trabaja? — me preguntó.

— Para nadie.

Le tuve que explicar que solo era un universitario. Lo hacía por interés propio. Después de dudar un rato, finalmente accedió. Me dijo que la entrevista tenía que ser corta. Quedamos en vernos en el parque de Buenos Aires a las dos de la tarde. Tengo que aclarar que Buenos Aires no queda en una costa sudamericana, está en el sur de Costa Rica. Es un lugar que limita entre dos ríos y la cordillera de Talamanca; rodeado de mucho bosque y un calor pesado. También hay extensos cultivos de piña que son administrados por PINDECO (Pineapple Development Corporation) que adornan con carteles los alrededores del pueblo bonaerense. 

Mientras secaba el sudor de mi frente, decidí sentarme a esperar en una banca. Sergio vivía en una reserva indígena llamada Salitre, la cual, según esas definiciones de organización territorial, queda en el cantón de Buenos Aires. También era el presidente de la Asociación de Desarrollo, donde llevaba más de quince años en el cargo, y fundador y coordinador del Frente Nacional de Pueblos Indígenas. Sergio era uno de los principales líderes del movimiento de recuperación de tierras. Desde hace varios años, personas no-indígenas habían ocupado tierras dentro de Salitre. Pero un grupo de bribris comenzó a recuperar estos terrenos, haciendo campamentos y echando a quienes no eran parte del lugar. La situación escaló violentamente: heridos, disparos y quemas de ranchos se mantuvieron durante días.

De la misma manera que muchos tenían una enorme admiración por Sergio, otras personas lo veían como la causa de varios problemas. Tanto así que el concejo municipal de Buenos Aires lo consideró persona non grata, y era constantemente amenazado de muerte. Su desconfianza a cualquier entrevista extraña era entendible. Pero aún así, llegó desde la otra esquina del parque, con otros dos hombres. Sergio era muy grande, venía con su pelo largo recogido y vestía una camisa azul oscura. Levanté mi mano y me miró con duda, descifrando si yo era la misma persona con la que habló por teléfono. Le dijo algo a los hombres, quienes se quedaron atrás y se acercó. Tenía los ojos cansados, como si llevara horas seguidas sin dormir. 

— Hola don Sergio, ¿Dónde prefiere que le haga la entrevista? 

— Vamos mejor a la parada de buses — me dijo. 

No era el mejor lugar para una entrevista, pero me acomodé a las circunstancias. Entre los motores de buses que entraban y salían, unos niños en patineta y gente que transitaba por ahí, comencé a grabar. 

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[Jueves 24 de julio de 2014]

Primero que todo, don Sergio, si puede hablar de la problemática que se ha dado últimamente con la recuperación de tierras, explicar el porqué se está generando este movimiento en Salitre. ¿Cuál es la problemática que sucede en Salitre?

La problemática, o lo que llaman ustedes “la problemática de Salitre” para nosotros no es problemática. Es realmente un proceso de reivindicación (y de reafirmación) del derecho indígena en el pueblo bribri de Salitre. Esa reafirmación consiste en una aplicación de las leyes que regulan la vida del pueblo bribri. Desde 1939 están creadas esas leyes. La primera ley de Tierras baldías, declara que las tierras son inalienables, son imprescriptibles; son única y exclusivamente de los pueblos que la habitan. De ahí para acá una serie de leyes, decretos y resoluciones han mantenido ese principio que estableció la primera ley.

En ese mismo proceso, la Asociación de Desarrollo, en coordinación con el pueblo bribri de Salitre, estableció una política de cómo recuperar las tierras. Iniciamos con los procesos ordinarios agrarios en los Tribunales de Perez Zeledón, donde todavía no se han resuelto muchos casos. Entonces hicimos procesos internos dentro de la comunidad, que nosotros llamamos de acción directa – no violenta. Esto es ejercer el derecho de recuperación de lo que es nuestro. Esto fue resuelto y avalado por la Sala IV,  por los Tribunales,  por el fiscal y por todo el mundo. Dijeron que las acciones que se han realizado, en este tipo de acciones directas – no violentas recuperando lo que es nuestro, no hay ninguna acción ilegal. Y eso ha ocasionado que personas no-indígenas sientan que son maltratadas, pero no quieren entender que aquí hay una ley que se tiene que cumplir. 

¿Qué tan efectivo ha sido el proceso de recuperación de tierras de manera directa? En comparación con la vía legal…

Es una acción que realmente reafirma el derecho de los pueblos indígenas, porque ha sido la más eficiente, la más efectiva. Se han ganado más casos en ese proceso de acción directa – no violenta, en el proceso de recuperación de tierras, que en los Tribunales Agrarios o el Departamento de desalojo, donde los jueces duran… han durado ¿qué? por el momento llevan doce, trece años y no resuelven los casos. Entonces la acción directa – no violenta que se ejecuta en las comunidades ha sido muy eficiente. Usted en una semana, un mes, recuperó una finca y recibe la denuncia que le hace la persona contraria ante los tribunales y usted puede demostrar que no ha quitado nada a nadie y que la tierra es nuestra; y el que está equivocado es la persona que está denunciando. Porque él no tiene ningún título de propiedad de ese bien. Entonces ahí es donde hemos ido ganando espacio y también siendo víctimas de agresiones, de gente que pretende, eh… asustarnos. 

¿Qué ha sucedido con los no-indígenas ante estos procesos de recuperación de tierras? 

Bueno… han buscado la violencia. Para seguir intimidando a la población indígena. Para seguirnos sometiendo a base de amenazas, a base de agresiones, cosa que no han logrado conseguir con la comunidad bribri de Salitre. ¿Por qué? Porque en vez de salir huyendo, en vez de tener miedo, más bien nos ha dado más valor. Más bien hemos dicho: esta tierra es nuestra. 

¿Cuales son estas agresiones hacia la comunidad Bribri? casos ya más concretos…

Bueno se han aglutinado personas no indígenas, finqueros, de otros territorios indígenas que no son ni de Salitre, si no de los otros territorios… de Boruca, Curré, Térraba, Ujarrás y otros más, que se reúnen en Salitre a organizarse para atropellar a los indígenas y el territorio de Salitre. ¿Y qué han utilizado? Les han quemado algunos ranchos. Han golpeado algunos indígenas. Han baleado a algunos indígenas: hay unos que tienen balas incrustadas en el glúteo. Han quemado con hierro caliente algunos compañeros. En cierta oportunidad a un compañero le cortaron los dedos, tiene los dedos un poquito ya tiesos… o sea quedó impedido para agarrar algún objeto con su mano. A otro le amputaron una parte de la oreja, le dejaron una herida en la cabeza. Y otros que han sido golpeados: mujeres que han sido golpeadas también por esos individuos, hasta niños que han sido golpeados. Todas esas agresiones se han recibido y las amenazas: “la próxima vez los mato. Si no desisten de lo que están haciendo, la próxima vez los mato o vamos a matar a sus familiares” Y eso no ha servido para intimidar a nadie, porque la gente sigue el proceso, y se han puesto las demandas que se tienen que poner. Y ahí van lento en los Tribunales, pero ahí van las demandas penales en contra de esta gente que han hecho estos actos de violencia y de agresiones. 

Usted es el presidente de la Asociación de Desarrollo de Salitre. Varios indígenas de acá con los que he hablado, me han dicho que las Asociaciones de Desarrollo indígenas no funcionan, ni son representativas…

Exacto. Las Asociaciones de Desarrollo no son representativas de los pueblos indígenas. Nosotros estamos totalmente de acuerdo. Las Asociaciones de Desarrollo no son representativas de los pueblos indígenas y nosotros como Asociación de Desarrollo no estamos haciendo este tipo de acciones, es el pueblo bribri de Salitre que lo está haciendo. Que estamos utilizando la figura que es la que el Estado le impuso a los pueblos, la figura jurídica, para defender los derechos indígenas, es cierto. Pero no es la Asociación de Desarollo que lo está haciendo, es el pueblo bribri que lo está haciendo. Y para lo cual estamos utilizando la figura de las Asociaciones de Desarrollo para respaldar todos los aspectos legales que el Gobierno reconoce y que el Gobierno impuso, y como el Gobierno impuso esa figura, pues debe respetarlo también porque así lo dicen las leyes. 

¿Cuál ha sido la postura del Gobierno en años anteriores y en el presente, ante estas situaciones?

Bueno anteriormente de que yo estuviera en este proceso, la postura del Gobierno siempre fue de olvido a las comunidades indígenas. Estaban en manos de Asociaciones de Desarrollo, en manos de una CONAI (Comisión Nacional de Asuntos Indígenas) que hacían con los pueblos indígenas lo que les daba la gana. Después que nosotros llegamos ahí, la postura ha sido reivindicar los derechos nuestros. El Gobierno ha tenido que ver que no somos los que ellos dominaban anteriormente. Antes llegaba un funcionario de ellos y decía “tiene que ser así”. Nosotros hemos planteado nuestra propia política. Nuestro propio plan de trabajo y le hemos dicho al gobierno: si quiere apoyar, apoye y si no, entonces que no estorbe. Lo que exigimos es que se aplique la legislación. 

En la administración anterior (2010-2014) con los casos que se dieron, el Gobierno intervino. Creó una mesa de diálogo que lo que hizo fue congelar el proceso que llevaba el pueblo bribri de recuperación de tierras. Lo congeló por un año y no se logró nada de los compromisos que asumió el Gobierno. No los cumplió, y eran tres fundamentales: límites territoriales, saneamiento del territorio, y el proyecto de ley de Desarrollo Autónomo. Esas tres eran las prioridades del pueblo bribri de Salitre. Y el Gobierno no cumplió con eso. En esta nueva administración (2014 – 2018) volvimos a retomar el proceso. Tenemos ahorita algunos acuerdos con el Gobierno, que uno es el desalojo de todos los agresores que estuvieron ahí, bloqueando la carretera en la entrada a Salitre. 

El otro era instalar un control de patrullaje en la entrada de Salitre, que se puso por un periodo de tres semanas y que vence ahora, el martes próximo. Durante esas tres semanas el pueblo bribri se comprometió a través de las Asociación de Desarollo, de no hacer ninguna ejecución de recuperación de tierra nuevamente en el territorio. A partir del martes, estaríamos evaluando el acuerdo con el Gobierno. Si cumplieron habrían posibilidades de negociar más. Y si no cumplieron pues entonces diay, no podemos seguir confiando en el Gobierno. Tenemos que seguir los procesos, para eso nos reunimos con el pueblo para que seamos quienes tomamos las decisiones. Que no es la Asociación de Desarrollo, como dicen la gente. No es Sergio Rojas como dice la gente. Es el pueblo interesado consciente de los derechos que tiene y la ejecución de los mismos. 

¿Cuales son las causas de que no indígenas hayan tomado el territorio de Salitre? 

Hemos dicho que se debe a tres cosas: uno de que nunca respetaron las legislaciones indígenas. Dos: los no indígenas están dentro del territorio porque no pagan impuestos, tienen mano de obra barata, tienen buenos recursos naturales, tienen buenas tierras, y diay, viven tranquilos como si fueran indígenas. Y tres, que yo diría que es como lo más grave: que la mayoría de los no-indígenas vendieron sus tierras, acá en el cantón de Buenos Aires, a PINDECO. Creyeron que con la plata que recibían de PINDECO al vender todas sus tierras iban a salir de pobres. Al tiempo se quedaron sin plata y sin tierra, entonces buscaron las reservas indígenas para vivir, para acaparar las tierras. Además de que hay mucha inestabilidad laboral con esa compañía, un día son empleados y después son despedidos como si nada. De repente sus hijos crecieron, no tiene donde trabajar, ni siquiera en la compañía PINDECO. Ya no tienen adonde ir. Entonces están las tierras nuestras, el territorio indígena es donde ellos pueden decir: ahí podemos vivir, ahí podemos estar. Y nosotros sí las ocupamos y los indígenas no. Para mí esos son los tres argumentos por lo cual a los no-indígenas no les ha importado respetar las legislaciones indígenas. Se han metido al territorio nuestro, a tratar de disfrutar de lo que no es de ellos. 

A pesar de que este proceso de recuperación de tierras ha venido desde hace varios años, uno de los hechos que acaparó la atención de los medios fue cuando se dieron las quemas ¿Qué fue lo que pasó esa noche?

Lo que sucedió fue que se organizaron los sectores no-indígenas y trajeron una vagoneta de arena, bloquearon la carretera e impidieron el paso a todo el mundo, tanto para entrar como para salir. Ahí lo que pasó en la noche, fue que los no indígenas hicieron la quema de las casas, alrededor de ese bloqueo. Supuestamente me buscaban a mí. Porque según ellos, yo estando muerto, nadie más iba a seguir el proceso. Todo carro que llegaba ahí, revisaban si yo iba o no, me buscaban supuestamente en ese momento, porque era la persona que según ellos había que matar.  Porque si no, ellos iban a seguir en esa agresión. Entonces tenían ese bloqueo y con eso, según ellos le exigían al Gobierno que le devolvieran las tierras que nosotros habíamos recuperado. 

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La entrevista fue mucho más corta de lo que pensé. Aunque tenía varias preguntas pendientes, Sergio me dijo que tenía que irse. Le agradecí y se marchó caminando hacia el parque de Buenos Aires. Esos días fueron suficientes para notar que aquella idea de retratar el conflicto de las tierras en Salitre implicaba una tarea más grande de lo que imaginé. Una suma de problemas acumulados durante años de abandono: narcotráfico, racismo, luchas de poder. El clima de violencia había permeado todo: se daban incluso enfrentamientos entre los mismos indígenas de la zona. También otra parte de la población no estaba anuente de ello, y poco le importaba la recuperación de tierras, cuando tenían que arreglárselas para subsistir.

Dejé las entrevistas guardadas. Ese mismo año supe que Sergio Rojas fue arrestado por supuesta malversación de fondos. Luego de un tiempo de investigación se le declaró inocente y fue liberado. Vi su rostro nuevamente, en un grafiti pintado en una pared cualquiera de San José. Abajo salía escrito: Libertad para Sergio Rojas. El proceso de recuperación de tierras continuó y con ello, también el clima de violencia. 

Una noche en Salitre, siendo casi las nueve de la noche, se escucharon quince balazos en la casa de Sergio. Cuando alguien entró a revisar, lo encontraron muerto. Se supo que esa misma mañana había ido a la fiscalía a poner una denuncia, pues como muchas otras veces, había sido amenazado de muerte. Sucedió la noche del 18 de marzo del 2019. 

A la mañana siguiente se veía en todos los noticieros nacionales transmitir el suceso, publicaciones también de la BBC, de France 24, CNN. Además la OEA y la CIDH sacaron declaraciones sobre el asesinato. Mientras almorzaba en una cantina, vi al presidente hablar en la televisión: Es un trágico día para el pueblo bribri, para las poblaciones indígenas y para Costa Rica. Manifestamos nuestro dolor e indignación a los familiares y a todo el pueblo bribri. Hacemos un vehemente llamado a la paz y al diálogo como mecanismo para resolver los conflictos.” Sentado solo, cerca de la barra, escuché a varios comentar el asesinato. Me quedé en silencio. No comenté al respecto. Me quedé pensando en aquella entrevista que nunca transcribí. Pagué la cuenta y me fui a mi casa, pensando en que era probable que como muchas otras veces, aquello era noticia de solo unas semanas. Porque Salitre es una zona que solo existe cuando sucede una tragedia, pero rápidamente vuelve al olvido, como si fuera el estado natural al que pertenece. Es evidente que en esas condiciones, la paz y el diálogo se vuelven términos inútiles.