El loco que le dio sentido al fútbol

Uno de los aspectos que más me gusta del fútbol es que le permite al espectador crear sus propias narrativas con base en las acciones de sus protagonistas, tanto fuera como dentro de la cancha. 

Los que seguimos regularmente el desarrollo de este deporte tendemos a identificar arquetipos en los jugadores, directores técnicos, aficionados y dirigentes. En un partido podemos tener al villano, al héroe, al mentor, al trotamundos y hasta al embarcador. El mismo desarrollo del cotejo nos deja intuir arcos narrativos como la vendetta, la redención y hasta el regreso a casa. Esta práctica me fascina porque nos permite darle sentido a un trámite que apenas dura 90 minutos.

Dicho esto, si el fútbol fuera tomado como una serie épica en la que cada año tenemos una nueva temporada, a lo Game of Thrones, uno de mis personajes favoritos sería Marcelo Bielsa, el loco que le halló el sentido al fútbol. El tipo en sí ya es un personaje; desde su vestimenta, sus cábalas, la hielera en la que reposa mientras observa un partido, pero sobre todo en su personalidad tan exagerada que a veces difumina la línea que separa al mito de la realidad. 

El título de este artículo no es gratuito y tampoco es original, pues abundan reportajes, crónicas y análisis que elaboran como el director técnico, oriundo de la ciudad argentina de Rosario, innovó en conceptos pragmáticos desde su pizarra. Lo podemos ver en  la presión constante de los centrales, en el desborde a partir de la superioridad por las bandas, en predicar tácticas tan exigentes que llevan al límite físico y mental a sus jugadores;   pero sobre todo en analizar rigurosamente al rival. ¡Claro! ¿Cómo vas a anticipar algo que no conocés o comprendés?  

El legado de El Loco no se puede medir con su palmarés  sino en su filosofía que permeó en otros intérpretes como Mauricio Pochetino, Pep Guardiola, Marcelo Gallardo y  Diego El Cholo Simeone, por mencionar solo algunos. Además en jugadores élites como Javi Martínez, Aymeric Laporte, Dimitri Payet y Benjamin Mendy.

De hecho,  antes de que Pep Guardiola decidiera iniciar su carrera como director técnico se le había metido entre ceja y ceja que antes de dirigir tenía que tener un diálogo con Bielsa. 

Los dos se conocieron en el 2006, Pep venía del retiro y Bielsa estaba desempleado tras su paso por la Selección Argentina. Según el diario sudamericano La Nación, la discusión entre ambos se prolongó 11 horas en las que hablaron de tácticas, vieron videos e hicieron simulaciones tácticas con sillas. Ocho meses después de esa conversación Pep estaría dirigiendo al Barcelona B y bueno ya sabemos cómo va ese cuento. 

La ética de Marcelo

Cuando Bielsa asumió la dirección del Leeds United, un equipo tradicional inglés que llevaba 15 años en segunda división, una de sus primeras decisiones fue poner a los jugadores a recoger latas de aluminio durante tres horas y luego llevarlos a un centro de reciclaje para intercambiar los desechos por dinero. Cuando leí esto por primera vez pensé en Karate Kid y en el sensei Miyagi, cuyas  prácticas didácticas eran poco ortodoxas pero había intención de fondo; sin embargo mi interpretación estaba muy alejada del plan del técnico de Rosario. 

Cuando los jugadores recogieron el dinero del reciclaje, Bielsa les dijo que eso es lo que vale un boleto para ir a ver al Leeds. Desde entonces, sus pupilos saben a conciencia lo que le cuesta a la gente común ganarse un boleto para irlos a ver, destacó el periodista, David Hytner, del diario  The Guardian

Por eso me gusta resaltar el personaje de El loco ya que confronta esa noción tan reduccionista del fútbol, esa que nos han vendido muchos periodistas deportivos, quienes aseguran que en el fútbol todo aquello que no es ser campeón es equivalente a un fracaso.  

El legado de Marcelo no solo se puede medir en el plano deportivo sino en su integridad y respeto que tiene hacia todas las esferas que componen el fútbol (afición, directivos y prensa). Creo que no hay anécdota que englobe mejor esta afirmación que la del partido entre el Leeds United y el Aston Villa, en la temporada 2018-2019 de la Segunda División Inglesa. Los dirigidos por Bielsa aprovecharon que los rivales estaban atendiendo a un jugador lesionado para marcar el primer tanto al 71’. 

Esta artimaña causó indignación entre los jugadores del Villa que se encararon con los del Leeds– algo que siempre pasa en el fútbol– sin embargo Bielsa le pidió a sus muchachos que se dejaran anotar un gol porque era lo que demandaba el Fair Play.  

Ese partido terminó 1-1 y a la larga sentenciaría las aspiraciones de Bielsa para ascender a la máxima categoría, por lo que tuvieron que esperar un año más para concretar el anticipado regreso a la Premier League. 

Esta acción va muy de la mano con una charla, que según el diario español Marca, Bielsa la dio cuando era técnico de la Selección Mayor de Argentina en el 2002.

«No permitan que el fracaso les deteriore la autoestima. Cuando ganás, el mensaje de admiración es tan confuso, te estimula tanto el amor hacia uno mismo y eso deforma tanto… Y cuando perdés sucede todo lo contrario, hay una tendencia morbosa a desprestigiarte, a ofenderte, sólo porque perdiste. En cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados, eso sí es lo importante; lo importante es el tránsito, la dignidad con que recorrí el camino en la búsqueda del objetivo. Lo otro es un cuento para vendernos una realidad que no es tal.»

Creo que para entender a Bielsa hay que hacer una analogía rebuscada del fútbol y el método socrático, pues un partido puede ser visto como un diálogo entre dos entrenadores que discuten quien es el que mejor interpreta el camino o “el argumento” para hallar así una verdad.

Por eso no puedo estar más emocionado por esta temporada de la Premier League, la cual para mí es la liga más emocionante del momento, porque me intriga saber como El Loco le va a discutir a Klopp, a Mourinho, a Ancelotti, a Lampard y a Pep Guardiola. Un reencuentro entre el alumno y un profesor que sigue ampliando su historia partido a partido.